sábado, julio 01, 2006

1º Noche del Jazz San Javier ...Y llegué a casa

...Y llegué a casa...







...A pasar de que he pedio medio y a entendido doble (el Habanna Club de 7 años con granizado de limón), de que alguien se le ha olvidado de poner el intermitente y girar al lado contrario de donde iba cruzándose en la carretera a unos 50 cts. de mí,... a pesar de que a alguien se le ha olvidado también que en España se circula por el lado de la derecha y venía en sentido contrarío. Digamos: ¡es una suerte y una casualidad estar en casa!

Como saben quienes me conocen las palabras son importantes para mí, no da igual una que su sinónimo, no son casuales sino causales, así que se me han ocurrido como 300 más o menos para comenzare la disertación.




Pues la siguiente palabra es: sentimiento.



Siempre he definido a la música como SENTIMIENTO.

Pues eso es lo he que he de poner tras el concierto del compositor noruego
Tord Gustavsen y su trío (son dos además de él, tres músicos en un escenario no son siempre un trío, aunque en esta ocasión podríamos decir el trío formado por...)

Ha sido delicioso (otra palabra, de las importantes para mi). Este chico la verdad parecía que estaba “pariendo” mientras tocaba casi con dolores de parto es el aspecto que tenia mientras tocaba. Le he visto descomponerse tocando cosas absolutamente sublimes, tocaba con los nudillos, con la yema de los dedos, con las palmas, completamente abstraído en su trabajo pero consciente de que delante había un público que sentía y a quien hacia sentir, formándose esa especie de Feed-back que solo se dan en los directos y que son irrepetibles por lo tanto,- ya que confluyen en un tiempo y en un espacio que jamás, jamás se puede repetir-, ni para bien ni para mal. Rodeado de dos buenísimos músicos, entregados como él a su arte. A la batería Harald Johansen al contrabajo y Jarle Vespertad en la batería, resultando ambos el complemento ideal a este pianista y compositor de extraordinarias cualidades interpretativas, y quienes por si mismos ya podrían brillar cual rutilantes estrellas en el firmamento musical.
Después la cena y he pedido medio de ron y un granizado de limón, pero la tía es ucraniana y no comprende, (no es que los ucranianos sean especialmente torpes, es que hablan ucraniano y YO NO, y ella no habla español apenas) así que me ha puesto medio vaso de ron y medio de granizado de limón y para compensar y evitar conflictos he decidido pedir un LIMÓN SOLO, para mezclar y poder también compartir con mi compañera de asiento que es de Almoradí (una localidad de la vecina provincia de Alicante.

Después han salido a escena Nine Below Zaro que han hecho un recuerdo muy acertado y entregado de lo mejor del rock seten- ochetero, lo que ha servido para que ( la “Familia Trapisonda” como yo les llamo, (son tropecientos)se levanten a bailoter e impedirnos ver a los artistas, me han ofrecido otro sitio, pro no, yo quiero verlo desde MI SITIO, quepara eso lo pago y he elejido ese y no otro( por lo visto TIENE DERECHO A TODO,Se sientan como si estuvieran solos, se mueven como si no hubiese nadie mas, da igual si aplastan, si pisan, si derraman una cerveza encima del él de al lado -o sea yo en este caso, o si tienen ganas de estirar las piernas da lo mismo que las mías estén justo en ese espacio que ellos usan)... Y ya sabéis lo que la libertad es para mí de importante, pero para todos. Y luego el regreso, con un poco de ron de más y mucha gente que tenia ron, cerveza, JB de más y seso de menos…

Pero estoy en casa y escribiendo esto.




Y mientras a nos pocos min. de mi estaba LA MAR DE MUSICAS, transmitiéndose en RADIO3 con esa mujer que ha superado desde un cáncer hasta una comisión de ONU y un matrimonio con un pantera negra, y una actuación ante solo 100 personas hace unos días. Miriam Makèba

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